¿Por qué me sangran las encías? Estas pueden ser las razones

En ocasiones, a partir de la inflamación de las encías, estas pueden doler o generar molestias al cepillar los dientes. Puede ser una señal de que te encuentras bajo tensión o padeciendo síntomas de estrés. Si solo ocurre a veces, no tienes de qué preocuparte, pero que las encías te sangren habitualmente, no es normal. ​Es un indicador de que algo no anda bien en tu boca.

El sangrado de encías puede darse incluso al ingerir ciertos alimentos, lo que resulta sumamente desagradable y hasta puede generar decoloración de las encías y mal aliento, lo que es todavía más atroz. En cualquier circunstancia, ante el mínimo sangrado debes consultar cuanto antes a tu odontólogo de confianza.

Causas del sangrado de encías

La principal causa es la mala higiene. Ella se evidencia a partir de la acumulación de placa que, en simultáneo, puede generar periodoncia, entre otras enfermedades de las encías. La placa contiene bacterias que, en contacto con restos de algunas comidas o bebidas entre los dientes, producen el ácido que desgasta el esmalte (puede ocasionar la pérdida de piezas dentales e incluso problemas aún más serios). A su vez, la placa que no se quita de tu dentadura se convierte en sarro, otro factor desencadenante de problemas bucodentales. Otros hábitos incorrectos al cepillar los dientes, que pueden inflamar las encías y producir su posterior sangrado, son el mal uso o el uso excesivo del hilo dental y el cepillado demasiado fuerte o con un cepillo de cerdas muy duras.

Otras variables que pueden ocasionar el sangrado indeseado de encías son:

  • Aparatos de ortodoncia mal ajustados.
  • Déficit de vitamina K (también conocida como la «vitamina antihemorrágica»).
  • Infecciones bucales.
  • Ingesta de medicamentos anticoagulantes de la sangre.
  • La falta de vitamina D puede producir ulceraciones en las encías que, tarde o temprano, sangrarán.
  • Variaciones hormonales durante un embarazo o la menopausia.

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Cómo tratar el problema y evitar futuros sangrados

  • Cepillar tus dientes luego de cada comida o tras ingerir bebidas. Hazlo por no menos de tres minutos. Si puedes, utiliza una pasta dental que contenga flúor (antibacteriano). El cepillado, para que sea efectivo, debe ser suave, realizando leves movimientos circulares alrededor de cada diente y en la intersección de los dientes y las encías. El cepillo debe ser de cerdas suaves pero resistentes.
  • Elimina los restos de comida con hilo dental. Su uso frecuente es un buen signo de salud bucodental. Completa tu higiene diaria con el uso de un colutorio antiséptico.
  • Una limpieza dental anual. Permite, entre otros beneficios, eliminar el sarro acumulado.
  • No esperes a tener dolor o síntomas graves para pedir una cita a tu odontólogo. Visitar periódicamente al dentista contribuye a prevenir muchas enfermedades de las encías. Recuerda: una revisión a tiempo evita mayores problemas. Dos veces al año es ideal.
  • Mastica alimentos crudos. Este hábito fortalece tanto dientes como encías. Además, si ingieres alimentos ricos en vitaminas A y C, evitarás el sangrado por partida doble.

Recuerda: el sangrado de encías requiere que te preocupes y ocupes del problema, antes de que sea tarde.

 

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