Pérdida de hueso con la edad: las claves a tener en cuenta

El cuerpo humano se encuentra en constante creación y sustitución de todas las células que lo componen, incluidas las que forman los huesos. Con la edad estos procesos varían su ritmo, siendo mucho más activa la creación de nuevos tejidos durante el crecimiento y frenándose al alcanzar los 30 años. Es a esta edad cuando se aprecia el punto máximo de densidad ósea y a partir de los 30–35 años perdemos más hueso del que somos capaces de generar. Esto supone una pérdida de hueso gradual que pone en peligro nuestro cuerpo y también nuestras bocas. Aunque los dientes también varían su densidad, el problema es el hueso maxilar que los sujeta. Una de las consecuencias de la edad es que pierde masa ósea en los maxilares provocando que las piezas dentales se muevan.

 

¿A qué puede deberse la pérdida de hueso maxilar?

Es verdad que, en sí, la edad ya es un factor de riesgo importante pero existen, además, otras causas por las que puedes sufrir carencia de densidad ósea.

La ausencia de cualquier diente siempre provoca que el tejido óseo se deje de generar en esa zona, por lo que aparecerá un área cóncava que afectará negativamente a la sujeción de los dientes colindantes, provocando una leve movilidad que se agrava hasta perder las piezas.

 

¿Cuáles son las consecuencias de la pérdida de hueso?

Si genéricamente estás predispuesto porque en tus antecedentes familiares aparecen la osteoporosis o periodontitis es muy probable que padezcas las consecuencias de la pérdida de hueso:

– Tus huesos se tornan más frágiles y débiles.

– Las fracturas óseas se vuelven habituales obligando a las personas que las sufren a permanecer encamadas con la consecuente perdida de volumen muscular, lo que agrava la situación.

– Las encías de retraen, dejando más parte del diente visible, lo que genera la sensación de alargamiento del diente. En realidad el diente esta perdiendo sujeción y, como consecuencia, aparecerán la sensibilidad dental y la movilidad como primeros signos.

– La retracción de la encía y del hueso deja antiestéticos espacios triangulares entre los dientes que, además, predisponen a la acumulación de comida y caries.

– Si no se remedia la pérdida de densidad ósea con la sustitución de la pieza dental, se complicará su posterior sustitución con implantes.

 

pérdida ósea con la edad

 

¿Existe remedio para la pérdida de hueso?

En realidad es normal que con la edad suframos algún grado de pérdida ósea, especialmente, las mujeres que, impulsadas por la menopausia, suelen tener estos problemas a la edad media de 50 años, mientras que en los hombres se retrasa hasta los 70. Existen distintos tratamientos dependiendo del detonante de la perdida ósea.

 Edad: el tratamiento farmacológico será esencial, además de asegurar una ingesta de calcio y fósforo adecuada, incluso suplementándola con vitamina D, si fuera necesario.

– Ausencia dental: es necesario sustituir una pieza dental lo más rápido posible para evitar la reabsorción en el maxilar al no notar las fuerzas de la masticación en esa zona.

– Periodontitis: el tratamiento va dirigido a frenar la enfermedad y retrasar lo máximo posible sus consecuencias.

 

En definitiva, la pérdida de hueso con la edad es natural, pero debemos tener en cuenta estas claves para minimizarla.

Abrir WhatsApp
¿Te podemos ayudar?