5 consejos para utilizar correctamente la seda dental

¿Para qué sirve la seda dental? ¿No basta con cepillarse los dientes? ¿Eres de los que aún crees que el cepillado es lo único importante en tu higiene bucal?

La seda dental es el complemento perfecto del cepillado. Consigue limpiar las zonas de difícil acceso y eliminar la placa bacteriana adherida a la superficie interdental. La seda elimina los restos de comida que queda entre los dientes y evita la formación de placa – esa capa pegajosa compuesta de partículas de comida y bacterias- en esas superficies dentales a las que no llega el cepillo. La seda y los cepillos interdentales juegan un papel decisivo en la salud bucodental.

¿Qué ocurre si no se elimina la placa, esa película incolora adherida al esmalte?

La acumulación de placa bacteriana – o biofilm- es el principal factor desencadenante de la gingivitis y sus síntomas: inflamación y enrojecimiento de las encías, sangrado y mal aliento. Si no se toman las medidas adecuadas y no se trata, la gingivitis puede progresar y dar lugar a la periodontitis, una enfermedad de las encías cuyo avance se puede evitar, aunque los daños, una vez causados, no sean reversibles. Por el contrario, un diagnóstico temprano de la gingivitis, un tratamiento llevado a cabo por profesionales y un correcto mantenimiento de la higiene (cepillado, seda y uso de interdentales) conseguirán que tus encías recobren la salud y su buen aspecto.

Pero la salud de las encías no es lo único que está en riesgo: la acumulación de placa contribuye a la formación de caries, y también a la movilidad y pérdida de dientes en estadios avanzados de la periodontitis.

Las limpiezas profesionales llevadas a cabo por el equipo de la clínica dental llegan allá donde ni el cepillo ni la seda consiguen llegar. De ahí la importancia de las visitas periódicas al dentista.

¿Cuáles son los errores más comunes al usar la seda dental?

Si el uso de la seda te resulta molesto o incluso doloroso puede ser señal de que algo no estás haciendo bien

  1. DESCUIDAS ALGUNAS ZONAS DENTALES. Pásate la seda delante del espejo y sigue una misma pauta todos los días.
  2. EL HILO SE RESBALA. Enróllate la seda en los dedos de ambas manos, evitarás que se resbale y tendrás mayor control sobre ella.
  3. NO LLEGAS A ALGUNAS ZONAS INTERDENTALES CON LA SEDA. La porción de hilo dental es demasiado corta, sé generoso con la largura del hilo dental.
  4. TE HACES HERIDAS EN LAS ENCÍAS CON LA SEDA. Probablemente tus movimientos son bruscos y tienes poco control sobre el hilo dental. Pídele a tu dentista que te enseñe de nuevo la técnica.
  5. TE OLVIDAS DE LOS LADOS DEL DIENTE. Apoyándote en la línea de la encía, curva la seda en forma de C sobre tu diente y mueve el hilo dental de arriba abajo suavemente. Repite este movimiento sobre el diente de al lado
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