El frenillo dental es un tejido que une el labio a la encía superior, y el lingual ayuda a que la lengua se mueva con facilidad. Si tu hijo nace con ellos menos flexibles o más cortos, es probable que notes algunas dificultades a la hora de comer, emitir sonidos, balbucear, succionar y tragar. Por un lado, la lengua no podrá moverse adecuadamente, por otro, el labio superior tampoco podrá moverse son soltura.
¿Cuándo tienes que plantearte operar a tu hijo?
Si, al nacer, se detecta este problema, ten en cuenta que es mucho mejor. Los médicos realizarán un pequeño corte en el frenillo e, inmediatamente, el niño podrá mover su lengua o labio adecuadamente.
Pero, ¿y si no lo detectas hasta que es más mayor? Según las dificultades que tenga tu hijo, si no son demasiado graves, se puede esperar a que cumpla los 12 meses.
Si transcurrido este periodo tu hijo sigue con este problema, puedes plantearte la cirugía. Los niños son operados sin que esto suponga ningún problema grave. Habitualmente a los padres les asusta la palabra operación, pero este caso es realmente sencillo.
¿Qué pasa si no lo operas?
– Tu hijo tendrá dificultad para succionar, tragar y salivar.
– Incapacidad para comer adecuadamente y masticar más adelante cuando crezca.
– Tu hijo puede no balbucear con normalidad y, más adelante, puede tener dificultades para hablar, articular sonidos y palabras.
– Esto puede llevarle a tener un retraso en el habla.
– Cuando aparezcan los dientes, si es el frenillo labial el que se ve afectado, puede interferir en la posición de los dientes y la mordida puede no cerrar bien.
– Cuando es más mayor, puede interferir en la higiene dental.
¿Cómo es la operación?
Es una cirugía sencilla y no suele provocar complicaciones de ningún tipo. Consiste en cortar el frenillo de la lengua o reposicionar el del labio.
La operación es sencilla y dura 20 minutos. Se realiza con anestesia local y el pequeño no necesitará pasar la noche en el hospital. La intervención no produce dolor o molestias importantes, solo requiere de unos cuidados especiales en vuestro domicilio.
Los cuidados tras la cirugía
– El efecto de la anestesia dura de 4 a 6 horas.
– Durante las siguientes horas no puede comer nada, porque la anestesia se lo impedirá.
– Tras este periodo, los alimentos deben estar fríos o templados. Los calientes le pueden provocar molestias.
– Tras las comidas, debe enjuagarse la boca con clorhexidina. Si es un bebé, puedes pasarle una gasita con este medicamento.
– No dejes que se meta los dedos o juguetes en la boca, pues podría infectarse la herida.
– Debes esterilizar los primeros días los chupetes y las tetinas por el mismo motivo: evitar infecciones.
– A los siete días, la herida habrá cicatrizado.
– Tras varias semanas, el niño irá mejorando los síntomas que tenía, podrá comer, hablar y tragar mejor cada vez.
Como ves, aunque puede ser estresante para ti como padre, el frenillo dental o lingual es un problema que, detectado a tiempo, puede ser solucionado fácilmente. Por eso, si ves que tu hijo no succiona, traga o balbucea con normalidad, acude a su pediatra.